Tuesday, December 18, 2007

Puerto, nº 1 (2007)

El último número de Puerto (nº1, 2007) está disponible para la descarga en un archivo pdf.






A finales de Enero aparecerá el próximo número 2 de Puerto, con un nuevo diseño, más páginas, y más secciones.

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Monday, September 24, 2007

El acantilado de José María Algaba

El acantilado
JOSÉ MARÍA ALGABA

Algaida, Sevilla,
2006, 76 pp.


Con El acantilado conseguía José María Algaba el premio “Ciudad de Salamanca” de poesía en el otoño de 2005. Con anterioridad, y hasta con posterioridad, alcanzó otros premios relevantes del panorama español, como son el “Luis Cernuda”, el “Cáceres”, “Patrimonio de la Humanidad”, el “José Hierro” o el “Aljavive”, por no ser exhaustivos.
José María Algaba (Sevilla, 1954), digámoslo cuanto antes, es un atípico poeta sevillano. Su dicción, rica, sustantiva y honda, que conoce la tradición natal, como de sobra dejó demostrado en sus primeras obras, le hace desembocar en otras betas foráneas donde cohabitan la esencialidad y la tensión del lenguaje. Si sus primeros libros, La quimera encendida, La casa de las sirenas, El bruñidor de ágata o El sudario de Laertes nos mostraban a un hombre adolorido, por más que su dolor quedase acuñado, atenuado por una dicción de cierta delicadeza tonal, en sus tres libros últimos, El silencio de Isaac, Fragmento único, y el presente El acantilado, que bien pudieran armarse como una trilogía, encontramos a un poeta mucho más enrocado en sí mismo, pero también más herido, más extrañado, más conflictual en suma, cercano ya, tanto en el fraseo cuanto en la desnuda dramatización, al ex-presionismo centroeuropeo de Celan, Holan o Benn, o al hermetismo italiano de Montale, Quasimodo, Caproni o Luzi.

Algaba es, digámoslo sin rodeos, un poeta entrañado, que observa el mundo desde la desnudez y la crudeza de un lenguaje en tensión, rozando siempre lo irracional, pero sobre todo desde ese laborioso exilio que debe autoimponerse todo artista verdadero, para quien la poesía sea, sin quizás, un arte sin concesiones, a sangre, el oficio de la desnudez y el exilio permanentes. El acantilado, que ya desde su propio título nos sitúa justo en los límites de nuestra propia experiencia como hombres, es un libro que se suspende sobre el filo de la navaja, abierto al dolor y el desarraigo, pero también a una cierta dosis de ternura -entendida como el afán de comprender y extenderse en la existencia de los demás. Tanto el uno como el otro, el desarraigo y el dolor, comparecen por estas páginas densas, apercibidas de luz y de sombras escalofriantes, en toda su radical lucidez, entrañados y plenos de desazón y desasosiego y donde no sólo no se rehuye la llaga, sino que el poeta se abisma en la propia conciencia de la llaga para desde allí mostrarnos la caída, justo donde la palabra limita, ya sí, con el acantilado: “el poeta, que nunca llega a saber qué cierra / abre sombras y resurrecciones / y de repente es el pie / que sostiene el abismo”.

Como queda ya insinuado, la voz de este hombre íntegro no ha dejado de crecer y de abismarse desde la publicación de El silencio de Isaac en una sucesión de obras que se desarrollan en el límite del decir. Con el mencionado libro abría un territorio personal y conflictual que, en dosis de menor tensión, ya se encontraba presente en sus obras primeras, aunque no es menos cierto que será a partir del abismo que se abre ante él, con la visión entregada del padre, cuando el poeta que hay en José María Algaba implosiona y encuentra su verdadero territorio nuclear, abriéndonos la puerta a un mundo habitado por sombras y presencias que vigilan al poeta desde la oscuridad para acabar convirtiéndose en luz nueva, pero también en razón oscura. Frutos de esta tensión dramática serán los libros Único fragmento y ahora El acantilado.
El acantilado, el último de los libros publicados hasta la fecha -se halla en proceso de impresión el impresionante Libro de Ajax, ¡leánlo, por favor, no se lo pierdan!- por José María Algaba no añade amplitud sino intensidad a este ciclo. Como sugiere el título, en El acantilado se remata este gran retablo expresionista, donde confluyen los helados pámpanos celanianos, la sombra del último Juan Ramón, y el preciso bisturí la gran tradición mediterránea. De toda esta “gran herida abierta” que él hace su bandera, extrae Algaba una iconografía precisa, pero la partitura inconfundible, la tensión dramática, desconocida a mi modo de ver en la última poesía española, nos sitúa ante una obra torrencial y densa, que explora hasta las heces el alma humana. Conflicto y revelación, pero también rebelión y comunión, parecen darse la mano en esta voz que nos llega de lo hondo del alma humana, en lo que es una persecución agonística llevada, lo repito, hasta sus últimas consecuencias: “cada nota es un muerto / cerrazón, cerradura”. El papel de la palabra y del decir en esta aventura no es otra que situarse en el “acantilado” de esa realidad otra que una y otra vez se nos escapa y que sólo el poeta -el poeta con mayúsculas, se entiende- puede revelarnos. Si en Único fragmento, la figura tutelar del padre (Isaac), reaparece como hombre y Dios al mismo tiempo, dando paso al universo intocado pero vulnerable de las hijas, en un ir y venir donde no falta ni la ternura ni la desesperación, en El acantilado se completará el ciclo familiar con la presencia de la madre, que encarna lo telúrico, lo nutricio y a quien llega a equiparar en su papel envolvente y sagrado a Dios. El poeta, mediador y recluso entre esos tres mundos, en el de la madre como ser de luz, en el dolor encarnado por el padre (“padre sin voz, ya soy tu hijo muerto / mírame regresar de una casa extraña”) y en la esperanza -que es también desesperanza- representado por las niñas (y yo abracé a mis hijas en un abrazo hermoso, / y no tuve consuelo), se halla en una situación sin aparente salida, ante una verdad obvia, pero que al sernos revelada inequívocamente, nos coloca ante el dolor abisal, ante el acantilado, como nos recuerda el final del conmovedor “Asfodelos”, uno de esos poemas que delatan a un poeta verdadero: “y descendió al fondo más oscuro,/ hacia el olor a fuego de la mesa, / y ya no hay muertos, dijo”.
La obra de Algaba, como también la de Miguel Florián o la del joven Diego Vaya abren nuevos y esperanzados horizontes en la a veces demasiado solipsista y estereotipada poesía sevillana. Ojalá, ojalá cunda el ejemplo.


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Tuesday, September 18, 2007

El sueño del monóxido de José Daniel García

El sueño del monóxido JOSÉ DANIEL GARCÍA

DVD, Barcelona,
2006, 76 pp.


El sueño del monóxido, que obtuvo el “Premio Andalucía Joven de Poesía 2005”, es el primer poemario de José Daniel García (Córdoba, 1979), vinculado a la estética realista de Pablo García Casado, y a las ideas de Vicente Luis Mora, pero que trae un bagaje propio de obsesiones, percepciones, lecturas (la poesía en lengua inglesa), y la música (de Jim Morrison a Nirvana, pasando por Leonard Cohen) que se refleja en su obra.
A partir de un neosurrealismo de imágenes traslúcidas e impactantes, como golpes de púgil, que diría el autor, José Daniel García se propone, y consigue, hacer desfilar ante el lector una galería de personajes marginales (la meretriz, el prisionero, el drogodependiente, el suicida …), marcados por el dolor, la angustia o la muerte, que comparten el círculo asfixiante del mo-nóxido de carbono. En esta atmósfera opresiva, triste, y cargada de feísmo en ocasiones, aparece de forma recurrente la belleza encarnada en forma de flor, como producto de una síntesis entre belleza y tragedia, como la extraña variedad de flor nacida de las cenizas de los campos de concentración nazis.
Las frecuentes metáforas traslúcidas de una realidad sórdida parecen producto de una visión alucinada, y encajan prefectamente con el humanismo urbanita (y especialmente suburbial) del autor, que consigue hacer resplandecer la belleza en los lugares más deprimidos: “cisne de cal en el estanque sucio / de la vida”.
Sin ser poemas narrativos, se cuentan historias particulares: la prostituta incorrupta en la cuneta, el que salta la tapia para desenterrar el cuerpo de su madre, el terrorista en su oficio, las hermanas Lisbon, etc., fabricando una red de destinos abocados a la fatalidad. Aunque es la noche el reino de vida de estos personajes, las otras partes del día se utilizan para dar constancia de la metamorfosis que en ellos produce la oscuridad [19].
Resulta especialmente interesante la ósmosis textual (o hibridación genérica) de algunos textos, como definición casi enciclopédica del monóxido de carbono, o la microficción (en esta misma parte sexta), así como la recuperación contenida de elementos vanguardistas como las greguerías: “El murciélago es / un paragüas abierto”, y de diversos aspectos gráficos, como el uso de la cursiva en los poemas completos para oponer el subjetivismo intimista a la objetividad (en la parte cuarta), los versos colgados al final de la página en la sexta parte para simular la aparición del fantasma de Cecilia, o la enumeración con ceros de las distintas secciones del libro.

Finalmente el único poema de la última sección trata de cerrar el círculo del poemario, al mismo tiempo que proyecta nuevas situaciones, y conecta con la cita de Diego de San Pedro que abre el libro, en la que ya se plantea la ecuación de que el conocimiento conduce a una mayor sensibilidad, y por tanto, consciencia del dolor.

Jaime Galbarro García

Puerto. Revista de Crítica Poética, nº 1 (2007), pp. 10-11.

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Thursday, September 13, 2007

Fatiga de materiales de Gonzalo Escarpa




Fatiga de Materiales



LA RENDIJA QUE HAY ENTRE LAS PALABRAS Y LAS COSAS

El siguiente apunte supera lo anecdótico. Llega a mis manos Fatiga de Materiales de Gonzalo Escarpa (Madrid, 1977) justo cuando estoy acabando de leer Resistencia de Materiales de Jorge Riechmann. Cada cual a su manera, y ambos sin heroísmos ni victimismos, indagan ricamente lo mismo: la resistencia -y su reverso, el temblor-, de la poesía y de su aquél, -el mundo de las cosas del mundo-.
Sorprende -no del todo- que Fatiga de Materiales sea el primer libro de poemas de Gonzalo Escarpa, y que haya decidido darlo a la luz y al offset en “Poemas Desechables”, la colección de poesía que acaba de echar a andar en la valenciana Ediciones Trashumantes. Un vistazo rápido al currículo de Escarpa (autor prolífico, antologador, performer, neorapsoda digital, editor de revistas y boletines imposibles, fundador de salas-búnker para la poesía en Madrid… cosas de esas), puede llevar a pensar que este libro llega tarde o trasnochado. Un repaso sosegado a su trayectoria y, sobre todo, a los poemas incluidos en Fatiga de Materiales hace entender que Escarpa ha elegido publicar cuando ha tenido listo lo que tenía que decir (que no lo que podía vender) y lo ha hecho desde una editorial que pretende implicar al lector en el proceso poético. La colección “Poemas Desechables” invita al lector a descuajeringar el libro, deshacerse de los poemas, recortarlos por la línea de puntos y convertirlos en pajaritas de papel, dejarlos olvidados, resucitarlos o, como señala Valero Cortadura, “hacer un poema que caduque… que se pudra”, así, a lo Nicanor Parra.
“Definir es cenizar”, decía Lezama Lima. Al igual que sucede con la poesía de Aníbal Núñez -a quien, por cierto, tanta belleza debe algún que otro verso de Escarpa-, catalogar los poemas de Fatiga de Materiales en una corriente o rumbo, incluirlos en una tendencia, buscarles una escuela y matricularlos, en suma, acotar, dejaría fuera bastantes posibilidades reales del libro. De todos modos, algunas cosas concretas sí pueden decirse de este poemario: que el autor se toma el juego en serio, como propuesta vital y hasta ética y por supuesto poética “Puedes, si es lo que quieres parler, Welt / mais never try to listen muy esatto / el Sprache non servit para nada / porque es un carnavale di parole” [15]. Tan en serio como se toma el dolor o la dulzura. Que hace ritmo y con eso dice verdad: “Ata la trenza atrás, para que atrape / los cuerpos tercos. Deja que la nuca / trepe a través del ábside que truca / la luz que atravesada luz arrape” [87]. Que el poema visual o el quitarse el sombrero ante Francisco Pino puede ser casi tan brutal como descubrir las múltiples posibilidades de unos versos medidos, de los acentos encajados, del poema prieto.
La poesía de Fatiga de Materiales tiene que ver con los andares, con la trayectoria vital de Gonzalo Escarpa. No obstante, este libro se aleja de planteamientos yoístas, no es un diario de un poeta sino que se enristra más bien por la vía de la indagación, por lo que el autor, a lo largo de su existencia, ha ido desaprendiendo. Desde este sanísimo punto de partida: “Yo no comprendo nada. No por eso / me rindo. Una cuestión / de técnica, sin más” -dice el primer poema del libro-, Escarpa mete los dedos en la rendija que hay entre la realidad y el lenguaje para luego revolcarse en las palabras; más tarde se va consigo, después abre y guiña un ojo poético. Y así hasta intentar proclamar la belleza.
“Palabras que conozco”, “Lesión de lo Claro”, “El Tiempo Subjuntivo”. De las tres partes de Fatiga de Materiales, la última -donde se encuentran sus poemas más recientes- sabe a paso, como si el poeta en su afán exporador hubiera encontrado algo, como si al meter los dedos en la yaga que hay entre el decir y las cosas los hubiera sacado empapados de algo, de no sabe qué, “y celebrarlo” [9]. Julio Reija, al que cita, lo dice así: “Tú tienes un nombre, y yo lo digo. / Y al decirlo no se hace más tu nombre, / ni tú te haces más tú, / pero te giras”.

CARMEN CAMACHO

Puerto. Revista de Crítica Poética, nº 1 (2007), pp. 19-20.



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Selección de poemas de Fatiga de materiales de Gonzalo Escarpa


BABEL

Puedes si es lo que quieres parler, Welt,
mais never try to listen muy esatto:
el Sprache non servit para nada
porque es un carnevale di parole,
y trocar de la langue is just el trucco
that we use para no ser comprendidos;
to stagger es el Zukünftig del fala.
Tenemos una tongue et es complesso
to make it comprender les autres tongues.
Let la musique chanter to the Unerhört
(la música, que doesn’t have bandeira).
Y manhà we’ll speak of other cosas.


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Publicación de reseñas Puerto, nº 1

El nº 0 de Puerto ya fue publicado en pdf. Pero como los buscadores no llegan hasta el archivo, y nuestro objetivo es difundir también por la red las críticas, iremos publicando aquí hasta la salida del próximo número, las críticas literarias de Puerto nº 1. Podremos así también contar con la opinión de los lectores sobre cada libro.

Sunday, August 12, 2007

Normas de presentación de originales para la Revista Puerto

Normas de presentación de originales para Puerto

(Revista de Crítica Poética)

La revista Puerto admite críticas literarias de libros de poesía que hayan sido publicados en España, y estén escritos en lengua española. La crítica deberá ser inédita hasta su publicación por Puerto, que la difundirá tanto en su versión impresa, como digital (http://revistapuerto.blogspot.com), y en ningún caso será remunerada. La propiedad intelectual de los artículos de la publicación pertenece a los respectivos autores. Puerto es una revista debidamente registrada con ISSN: 1886-3043, y depósito legal: SE-5945-05.

1. Extensión: La extensión de las críticas literarias estará entre las 500 y 1600 palabras (de una a dos páginas y media en interlineado sencillo con letra Times New Roman 12).

2. Desde el punto de vista tipográfico solicitamos que se sigan las siguientes directrices:

- La cursiva se destinará para los títulos de los libros.

- Las comillas altas y curvas se emplearán para señalar las secciones de cada libro, los títulos de las composiciones, y los versos.

- Las páginas se citarán entre corchetes (y sin ninguna abreviatura)

- Se aceptan notas a pie de página siempre que su extensión sea breve, y su uso moderado.

3. Envío: Los trabajos podrán ser enviados por correo electrónico a revista_puerto@hotmail.com; o a la dirección postal de la revista:

Revista Puerto

(Jaime Galbarro García)

C/ Afán de Ribera, 212

41006 Sevilla

En el correo electrónico se deberá adjuntar dos ficheros: un archivo Word, con el texto de la crítica; y un archivo jpg (jpeg, bmp) con la imagen de la portada, con una resolución de 300 pdi como mínimo.

Aunque se recomienda el envío electrónico, si se opta por el correo ordinario, los ficheros deberán ir en soporte CD-ROM.

4. Para cualquier duda o consulta puede ponerse en contacto en el correo: revista_puerto@hotmail.com

Friday, June 29, 2007

Recepción de publicaciones para Puerto

El próximo número de Puerto (Revista de crítica poética) aparecerá en el otoño de 2007, y presentará nuevas secciones para las que abrimos a partir de ahora (hasta finales de julio) un período de recepción de libros de poesía y revistas que se atengan a la siguientes características:

- Sección de crítica poética de libros escritos en español y publicados en España.

- Sección de crítica poética de libros escritos en español y publicados fuera de España.

- Sección de crítica poética de libros traducidos al español de cualquier lengua extranjera. Se acogerán especialmente las otras lenguas del estado española (catalán, gallego, vasco, etc.).

- Sección de revistas de creación literaria.

Tratándose de una revista de crítica se realizará una selección de las publicaciones recibidas. Para conocer la dirección del envío, o realizar alguna consulta, puede escribir a: revista_puerto@hotmail.com

Tuesday, June 12, 2007

Puerto digital

La revista Puerto contará próximamente una edición digital paralela a la impresa, mientras tanto adjuntamos en pdf el número cero de la revista (ver índice), publicado en mayo de 2006.

Descarga de Puerto, nº 0.

El número actual no se publicará en la red hasta que no se distribuya la edición en papel. Pueden solicitar un ejemplar gratuito en revista_puerto@hotmail.com